viernes, 4 de febrero de 2011

When you´re gone.

Siempre necesite tiempo para mí

Pero nunca pensé que te necesitaría cuando lloro

Y los días se vuelven años cuando estoy sola

Y esta hecho su lado de la cama donde el mentía

Cuando tu te alejas yo cuento los pasos que das

¿No ves cuanto te necesito ahora mismo?


Cuando tú te vas

los pedazos de mi corazón te hecha de menos

Cuando tú te vas

mi cara enseña que te hecha de menos también

Cuando tú te vas

no consigo las palabras que siempre necesito oír y hacerme sentir bien

Te echo de menos...

No he sentido esto antes

Todo lo que hago me recuerda a ti

Y la ropa que dejaste esta sobre el suelo

Y huele como tu

Amo las cosas que tú haces

Cuando tu te alejas yo cuento los pasos que das

¿No ves cuanto te necesito ahora mismo?


Cuando tú te vas

los pedazos de mi corazón te hecha de menos

Cuando tú te vas

mi cara enseña que te hecha de menos también

Cuando tú te vas

no consigo las palabras que siempre necesito oír y hacerme sentir bien

Te hecho de menos...


Estábamos hechos el uno para el otro

Yo estoy aquí para siempre

Yo se lo que éramos...

Todo lo que alguna vez quise era para ti, lo sabes.

Me cuesta respirar, necesito sentirte aquí junto a mí.

jueves, 20 de enero de 2011


Para tu amor lo tengo todo
Desde mi sangre hasta la esencia de mi ser
Y para tu amor que es mi tesoro
Tengo mi vida toda entera a tus pies

Y tengo también
Un corazón que se muere por dar amor
Y que no conoce el fin
Un corazón que late por vos

Para tu amor no hay despedidas,
para tu amor yo solo tengo eternidad
Y para
tu amor que me ilumina
Tengo una luna, un arco iris y un clavel


Y tengo también

un corazón que se muere por dar amor

y que no conoce el fin
un corazón que late por vos

Por eso
yo te quiero tanto
que
no sé como explicar lo que siento
yo te quiero
porque
tu dolor es mi dolor
y no hay dudas
yo
te quiero con el alma y con el corazón
te venero
hoy y siempre
gracias yo te doy a ti mi amor
por existir...

Yo soñé que te olvidé
porque al fin no te lloraba
yo creí que escaparía de tu piel.
Yo logré más de una vez
olvidarte por un tiempo,
y sentí que poco a poco me curé.
Luché con el alma y con el corazón
di mi sentimiento y mi emoción
todo lo que soy para olvidarte.

Pero no, sigo pensando en ti,
por más que intente no consigo
dormir de noche sin tu abrigo.
Pero no, sigues estando aquí,
en lo más hondo de mi vida,
sin hallar una salida, sigo aquí…
sin ti.

Yo sentí que naufragué,
cuando me dejaste solo,
pero pude mantener viva mi fe,
aún sin ti yo imaginé
que algo bueno me esperaba
y busqué la forma de ir dejandote.
Luché con el alma y con el corazón
di mi sentimiento y mi emoción
todo lo que soy para olvidarte.


sábado, 2 de octubre de 2010


La A tiene las piernas abiertas.
La M es un subibaja que va y viene entre el cielo y el infierno.
La O circulo cerrado, te asfixia.
La R está notoriamente embarazada.
Todas las letras de la palabra AMOR son peligrosas. (Eduardo Galeano)

viernes, 1 de octubre de 2010


Entonces apareció el zorro.

-Bueno días-dijo el zorro.

-Buenos días-respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta, pero no vio nada.

-Estoy acá-dijo la voz-, bajo el manzano…

-¿Quién eres¿-pregunto el principito-.Eres muy lindo…

-Soy un zorro-dijo el zorro.

-Ven a jugar conmigo-le propuso el principito-. Estoy tan triste!...

-No puedo jugar contigo-dijo el zorro-.No estoy domesticado.

-¡Ah! Perdón –se disculpó el principito.

Pero después de reflexionar, agregó:

-¿Qué significa “domesticar”?

-No eres de aquí –dijo el zorro. –¿Qué buscas?

-Busco a los hombres –contestó el principito-. ¿Qué significa “domesticar”?

-Los hombres –dijo el zorro- tienen fusiles y cazan. Es muy molesto. También crían gallinas. Es su único interés. ¿Buscas gallinas?

-No –dijo el principito-.Busco amigos. ¿Qué significa “domesticar”?

-Es una cosa muy olvidada –dijo el zorro-. Significa “crear lazos”.

-¿Crear lazos?

-Sí –dijo el zorro-. Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo...

-Empiezo a comprender… -confesó el principito-. Hay una flor… Creo que me ha domesticado…

-Es posible –dijo el zorro-. ¡En la Tierra se ve toda clase de cosas…!

-¡Oh! No es en la Tierra –dijo el principito.

El zorro pareció muy intrigado:

-¿En otro planeta?

-Sí.

-¿Hay cazadores en ese planeta?

-No.

-¡Es interesante eso! ¿Y gallinas?

-No.

-No hay nada perfecto –suspiró el zorro.

Pero el zorro volvió a su idea:

-Mi vida es monótona. Cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen, todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero si me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será distintos de todos los otros. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. Cuando me hayas domesticado, ¿será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de ti. Y adoraré el ruido del viento en el trigo…

El zorro calló y miró largo tiempo al principito:

-¡Por favor…, domestícame! –susurró.

-Bien lo quisiera –respondió el principito-, pero no dispongo de mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.

-Sólo se conocen las cosas que se domestican –dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes que vendan amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!

-¿Qué hay que hacer? –inquirió el principito.

-Hay que ser muy paciente –respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca…

Al día siguiente volvió el principito.

–Hubiese sido mejor venir a la misma hora –dijo el zorro–. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuando más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón… Los ritos son necesarios.

–¿Qué es un rito? –dijo el principito.

–Es también algo demasiado olvidado –dijo el zorro–. Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días; una hora, de las otros horas. Entre los cazadores del pueblo. El jueves es, pues, un día maravilloso. Voy a pasearme hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en un día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.

De este modo el principito domesticó al zorro. Y cuando se acercó la hora de partida:

–¡Ah!... –dijo el zorro–. Voy a llorar.

–Tuya es la culpa –dijo el principito–. No deseaba hacerte mal, pero quisiste que te domesticara…

–Sí –dijo el zorro.

–¡Pero vas a llorar! –dijo el principito.

–Sí –dijo el zorro.

–Entonces, no ganas nada.

–Gano –dijo el zorro. A causa del color del trigo.

Luego añadió:

–Ve y mira nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás para decirme adiós y te regalaré un secreto.

El principito se fue a ver nuevamente a las rosas:

–No sois en absoluto parecidas a mi rosa; no sois nada aún–les dijo–. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.

Y las rosas se sintieron muy molestas.

–Sois bellas, pero estáis vacías –les dijo todavía–. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salgo dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a quien escuché quejarse, o alabarme, o aún algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa.

Y se volvió hacia el zorro:

–Adiós –dijo.

–Adiós –replicó el zorro–. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

–Lo esencial es invisible a los ojos –repitió el principito, a fin de acordarse.

–El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.

–El tiempo que perdí por mi rosa… –dijo el principito, a fin de acordarse.

–Los hombres han olvidado esta verdad –dijo el zorro–. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de aquello que has domesticado. Eres responsable de tu rosa…

–Soy responsable de mi rosa… –repitió el principito, a fin de acordarse.